Madrid Rutas del Vino se puso en marcha en mayo de 2014. Eligió Fitur para darse a conocer, donde por primera vez han estado en el stand de la Comunidad de Madrid. Allí han podido constatar de primera mano el enorme interés que hay por el enoturismo en el territorio de Madrid, tanto por parte de profesionales como de particulares. Muchos curiosos alrededor del stand pero pocos sabían que Madrid también tiene viñas y produce vinos propios.
Pero así es. En Madrid se dan vinos tintos, rosados, blancos y espumosos. Los varietales de uva que se producen dependen de las diferentes zonas en las que está dividido el territorio vinícola. Así, en la subzona de Arganda del Rey, que es la zona vitivinícola más extensa, tenemos la variedad Malvar (uva blanca) y la Tinto Fino (tempranillo), como variedades locales preferentes. En la subzona de Navalcarnero, las variedades locales preferentes son la Garnacha Tinta y la Malvar. Y en la de San Martín de Valdeiglesias, también hay Garnacha Tinta y además Albillo Real, que es uva blanca.
El objetivo de esta asociación, que cuenta con el apoyo del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Madrid, y de las Consejerías de Medioambiente y Turismo de la Comunidad de Madrid, es promocionar el turismo enológico y ofrecer visitas integradas para promocionar también el territorio aledaño a las bodegas y las viñas.
Lourdes Rubio, responsable de Madrid Rutas del Vino, nos explica todos los detalles de este proyecto.
-¿Quién puede hacerse socio de Madrid Rutas del Vino?
Actualmente todos los asociados son bodegas, pero estamos trabajando para informar a otros grupos de interés, como son hoteles, restaurantes, empresas de ocio activo, agencias…en definitiva cualquier agente de la zona que esté directamente relacionado con el turismo. Todos ellos son complementarios entre sí y no se pueden entender por separado en una oferta turística completa. También hay ayuntamientos interesados en asociarse aunque en su territorio no cuenten con bodegas, como es el caso de Alcalá de Henares y San Lorenzo del Escorial, que además son Patrimonio Mundial.
-¿Qué requisitos debe reunir una bodega para poder ser socia?
La primera condición, y casi la más importante, es que las bodegas estén adscritas a la D.O. de Madrid; con este requisito conseguimos garantizar unos estándares de calidad adecuados en los vinos. A partir de aquí, es necesario que la bodega reúna unas mínimas características para que pueda ser visitada, que la persona que reciba las visitas esté mínimamente formada en atención al cliente, idiomas, etc y que sea capaz de ofrecerles lo que los turistas están buscando.
-¿Cómo confeccionáis las rutas turísticas?
Actualmente hemos editado un folleto que contiene las bodegas asociadas y los diferentes puntos de interés cultural que se pueden visitar en cada localidad. Este folleto contiene todos los datos de contacto de las bodegas, que también aparecen en nuestra web. Todos los fines de semana estas bodegas ofrecen la visita guiada con cata comentada; en ocasiones, además, ofrecen servicios más vivenciales. Lo que se pretende desde la asociación es que se vayan sistematizando las visitas en todas ellas, a la vez que se generen más experiencias.
-¿Las visitas las organizáis vosotros desde la asociación o pueden realizarse de forma particular?
Depende bastante del perfil del visitante; si es alguien que ya conoce el vino, normalmente contacta directamente con la bodega y organiza su propia visita. Pero en el caso de extranjeros sí nos piden ayuda para organizarse (transporte público, dónde comer, etc).
-¿Cómo es el enoturista?
Tiene un perfil cada vez más exigente; normalmente son personas con conocimientos de enología que quieren disfrutar de la cata pero también tener experiencias en las viñas: tocar la uva, tener la oportunidad de pisarla, de realizar talleres de maridaje de vinos, o incluso ofrecerles la posibilidad de elaborar sus propios vinos, bajo la supervisión del enólogo. En resumen buscan una experiencia más completa.
-¿Qué respuesta estáis notando por parte de público?
La respuesta llega poco a poco ya que nuestro marketing, de momento, está centrado únicamente en las redes sociales, la web y los eventos a los que acudimos. Ya hay grupos que acuden a nosotros para organizar su ruta enoturística y les asesoramos en función de sus necesidades (edad, formación enológica, expectativas, de cuánto tiempo disponen…)
-¿Estáis en contacto con otras denominaciones de origen que también tiene organizadas rutas del vino?
Sí, estamos en contacto con otras Rutas del Vino y cada asociación se ha organizado en función de su territorio y la idiosincrasia de sus bodegas, de sus vinos, de su paisaje, etc. Hemos hablado con la ruta de Cigales, así como Alicante y Rías Baixas.
-¿Qué otras cosas se pueden visitar en estas rutas, además de bodegas?
Recomendamos especialmente los museos del vino. Por ejemplo es muy interesante el de Valdelaguna, el Centro de Interpretación y el museo de Navalcarnero y en Nuevo Baztán también su centro de interpretación del vino. En Colmenar de Oreja se conservan cinco hornos donde se cocían aquellas enormes tinajas de barro que se usaban para la fermentación y conservación del vino. Este tipo de industria era muy importante para la economía de la zona porque este tipo de tinajas de grandes dimensiones no podían cocerse en cualquier sitio.
-¿Qué proyectos de futuro tenéis?
Actualmente hay algunas bodegas que quieren formar parte de la asociación, y se están analizando sus posibilidades de accesibilidad y sus condiciones para ser visitadas. Sobre todo queremos impulsar cosas nuevas a través de las bodegas. En unos meses esperamos poder ofrecer una carta más variada y completa de posibilidades.
-¿Qué aconsejas a los consumidores para que conozcan los vinos de Madrid?
Yo les diría que fueran a las bodegas a hacer catas porque normalmente estamos muy condicionados por el precio y por la etiqueta. No siempre un vino bueno es caro. Es importante hacernos con nuestra propia gama de vinos, los que a nosotros nos gusten, y arriesgarnos saliendo de nuestra zona de confort de los vinos de siempre.
Pues ya saben, ¡a recorrer el territorio de la Comunidad de Madrid con una copa de vino local en la mano!