Situada en el corazón de la Denominación de Origen Toro, el viñedo y la bodega de Estancia Piedra son la combinación perfecta de la austeridad castellana y el sueño de un matrimonio escocés. A pesar de la relativa juventud de la bodega, que fue construida en 1998, su viñedo es la parcela más extensa en toda la D.O. Consta de 35 hectáreas plantadas en vaso que rodean la bodega, el centro de recepción de visitantes, y la vivienda principal.
La gran peculiaridad de este gran viñedo es la diferencia de altitud y de orientación del terreno, que hace necesario que se divida en cinco subparcelas. Cada una de ellas, debido a las diferentes horas de luz solar que reciben y a las distintas características del suelo, requiere unos cuidados específicos y, como resultado, obtienen diferentes rendimientos medios por Ha, diferentes fechas de vendimia y distintos grados de maduración de la uva. Sin embargo, todas las cepas son de las mismas variedades, Tinta de Toro y Garnacha.
De la mano de Pedro Rodríguez, del departamento de visitas, conocimos todos los secretos del viñedo que arropa a la bodega, e incluso de otra viña, Pago Paredinas, situada en una zona próxima del mismo valle, con cepas centenarias de donde se elaboran las joyas de Estancia Piedra: Pride of Paredinas y Piedra Paredinas.
Después de la visita al viñedo conocimos la bodega, increíblemente tranquila un domingo por la mañana, pero donde se puede ver al detalle la eficacia de todos los procesos de trabajo en torno al vino. Los depósitos de acero inoxidable, ahora vacíos, donde se deposita la uva para que fermente dan paso a la sala de barricas. Aquí el inconfundible olor de la madera ya se mezcla con el del vino que contienen y consigue inundar nuestro olfato. Todas las barricas parecen nuevas porque apenas hay diferencias de color pero Pedro nos explica qué barricas son nuevas, cuáles son de roble francés y cuáles de roble americano, qué se pretende conseguir con el vino que contiene cada una de ellas, y todo el proceso que ha de seguir hasta embotellarse.
En la sala de guarda, donde se encuentran las jaulas casi a oscuras, duermen todas las botellas mientras el vino sigue evolucionando en su interior. Durante este proceso, el equipo de Estancia Piedra realiza catas periódicas para comprobar el estado del vino hasta alcanzar el punto de madurez adecuado.
También visitamos la sala de embotellado y etiquetado; la maquinaria es relativamente pequeña, con un llenado de 8 unidades a la vez. Pedro nos explica que Estancia Piedra es una bodega relativamente pequeña, en cuanto a producción y ventas, donde lo más importante es mantener la calidad de los vinos, por encima de las grandes cifras de ventas.
Y por fin, llega el momento de realizar la cata, acompañados por Roland Méndez. Una vez decididos los vinos que cada uno quiere probar, Roland explica todas sus características y responde con detalle a todas las preguntas que hacemos los visitantes, sin prisa y con esmero. Desde el blanco Piedra Verdejo, elaborado en Rueda, pasando por Piedra Rosado, el vino joven Piedra Azul, y todos sus crianzas y reservas, superan con creces lo que se espera de ellos.
Cuando se finaliza la visita a Estancia Piedra, uno tiene la misma sensación que debe tener el vino que se elabora en esta bodega y el equipo que la forma: ¡se siente mimado y satisfecho!
He leído tu artículo y me ha hecho mucha ilusión, aunque hay que hacer alguna corrección en algún dato, como tengo tu número ya te llamaré para agradecerte tu publicación personalmente, y de manera particular. Saludos
Gracias a ti por tu dedicación. Seguimos en contacto. Saludos