Desde la sede de la OIV en París, a través de conferencia online, el director general Pau Roca presentó el 27 de abril la información referida a la producción, el consumo y el comercio internacional del vino en 2021.
El año 2021 marca una recuperación parcial del consumo mundial tras la crisis sanitaria de 2020 y el auge del mercado del comercio internacional, que registró un récord en 2021, tanto en volumen como en valor. Sin embargo, el escenario para 2022 parece incierto debido a las turbulencias provocadas por la crisis de la cadena de suministro mundial, la guerra de Ucrania, las variantes de la COVID y el aumento de los precios de la energía.
Las cifras claves del sector del vino en 2021
La superficie mundial de viñedo en 2021 se estima en 7,3 mha en 2021, lo que supone un muy ligero descenso respecto a 2020. La producción mundial de vino, excluyendo el zumo y el mosto, en 2021 se estima en 260 mhl, lo que supone un descenso de casi 3 mhl (-1%), en
comparación con 2020.
El consumo mundial de vino en 2021 se estima en 236 millones de hectolitros, lo que supone un aumento de 2 millones de hectolitros (+0,7%) en comparación con el volumen de 2020.
Con un volumen de 111,6 mhl, el mayor volumen exportado jamás registrado en la historia, las exportaciones mundiales de vino en 2021 aumentaron un 4% respecto a 2020, y se impulsaron aún más en términos de valor, con 34.300 millones de euros, registrando un incremento anual del 16%.
Primeras estimaciones de producción de vino en el hemisferio sur
Se prevé un descenso de la producción de vino para 2022 en el hemisferio sur. Esto no es necesariamente una mala noticia. El descenso se debe a los altísimos niveles de producción de vino registrados en 2021, y este año esperamos que las cosechas vuelvan a sus medias a largo plazo. Con la excepción de Nueva Zelanda y Sudáfrica, se prevé que todos los demás países productores de vino del hemisferio sur vean disminuir sus niveles de producción en 2022.
2021: Recuperación parcial de la pandemia del covid-19 y auge de las ventas online
En 2021, la pandemia no había terminado, pero el sector del vino en su conjunto ha demostrado ser más resistente que otros sectores. Este éxito se debe en parte a la gran capacidad del sector para adoptar soluciones innovadoras y tecnológicas a las medidas de
bloqueo, como el comercio electrónico.
2022 : Las interrupciones de la cadena de suministro mundial, la invasión de Ucrania y la crisis energética anuncian un año turbulento
La pandemia de covid-19 ralentizó inicialmente la cadena de suministro mundial, ya que los fabricantes se vieron obligados a suspender sus operaciones hasta que se aplicaran medidas de
seguridad. Las nuevas variantes del coronavirus y la falta de acceso a la vacuna, sobre todo en algunos países en vías de desarrollo, agravaron la recuperación de la producción mundial, incluso cuando las economías desarrolladas, como las de EE.UU. y la UE, conciliaron sus pautas de consumo.
La guerra en Ucrania ha provocado una serie de nuevos cuellos de botella en la cadena de suministro. Lo mismo ocurre con el resurgimiento de los casos de COVID en China, que ha provocado cierres temporales en algunas partes del país. Además, la guerra está ejerciendo una presión sin precedentes sobre el mercado mundial de la energía, que ya estaba experimentando una subida de precios en 2021. Además, las sanciones de la UE contra Rusia están ejerciendo más presión sobre el mercado.
Por lo tanto, una posible interrupción del comercio entre la UE y Rusia podría causar cierta preocupación, especialmente en Italia, Francia y España. A modo de recordatorio, Rusia es el décimo mayor importador de vino del mundo en 2021 (representando alrededor del 2% de las importaciones mundiales) y el octavo mayor mercado de vino en términos de valor de las ventas.
El nuevo reto en 2022 es ver cómo el sector se enfrentará a esta nueva situación, en la que probablemente habrá que reconsiderar los patrones de la cadena de suministro global y en la que los precios de la energía crearán una presión inflacionista sobre los consumidores.