Waltraud 2015, la nueva añada del vino de Bodegas Torres elaborado con la variedad alemana Riesling, es la simbiosis entre arte y vino. Waltraud Maczassek, artista alemana y esposa del presidente de Bodegas Torres, Miguel A. Torres, no solo es la mujer que dio nombre al vino e inspiró su esencia, sino que es también quien ha diseñado su nueva presentación, con un mensaje sugerente, poético y directo que simboliza el espíritu y elegancia de este blanco nacido en el Alto Penedès.
La artista ha creado, para la etiqueta, un dibujo espontáneo y expresivo, elaborado con trazos mínimos –al estilo zen- que sugiere la forma de una cepa, símbolo del origen del vino. En él, combina fuerza y delicadeza, conceptos opuestos como los que expresa en su obra pictórica, que se inspira en la naturaleza, con títulos como ‘El caos y el orden’, ‘Lo etéreo y la forma’, ‘El azar y la estructura’, ‘La luz y la oscuridad’, ‘Lo espontáneo y lo racional’, ‘La naturaleza y la cultura’. Según Waltraud Maczassek: “Es un dibujo directo e intuitivo, minimalista, de la mente a la mano, sentido y cerebral. He querido hacer un diseño moderno y a la vez personal, con pocos trazos, porque, al igual que la escritura, los trazos hablan mucho de uno mismo”.
Un vino que surge de la unión entre culturas y pasiones
De la unión entre un hombre y una mujer que decidieron compartir sus vidas, entre Alemania y España, entre la pasión por el arte de Waltraud Maczassek y por el vino de Miguel A. Torres, surgió el vino Waltraud, elegante y sutil. Miguel A. Torres decidió elaborar un vino en honor a su esposa utilizando variedades alemanas, concretamente la variedad Riesling, la más apreciada de las variedades blancas aromáticas, pero en este caso plantada en el Penedès Superior.
En estas zonas más altas y frescas, la variedad Riesling se ha adaptado a la perfección y produce unos vinos de excepcional calidad, perfumados, afrutados y enmarcados por una finísima acidez cítrica. Waltraud 2015, que acaba de salir al mercado, se distingue por su aroma floral y frutal, que recuerdan a la miel de azahar y al limón, con delicadas notas de pan de especias. En el paladar es sedoso y fresco, envuelto en una sutil elegancia.