La bodega Es Fangar se encuentra ubicada en la localidad de Felanitx, en Mallorca. Aunque su puesta de largo para los medios de comunicación fue a mediados del pasado mes de marzo, las instalaciones llevan en activo casi dos años. El edificio de nueva planta inició su construcción en 2014, y finalizó en torno a 2016, con las primeras pruebas de elaboración de vinos, para empezar a funcionar a pleno rendimiento en 2017.
Con una superficie útil de 7500 m2, de los cuales 3500 son destinados al área de producción, y una inversión total de 8 millones de euros, Es Fangar puede que sea una de las bodegas más modernas de nuestro país.
Operatividad y diseño
Nada más entrar en las instalaciones de la nueva bodega de Es Fangar, llama poderosamente la atención la decoración y el cuidado del diseño. Una enorme lámpara de aluminio, elaborada con cientos de hojas de cepas brillantes, preside el hall. El color de las paredes tampoco pasa desapercibido: color vino tinto, por supuesto. Algunos otros detalles decorativos completan esta recepción, junto con una barra para degustar los vinos de la bodega.
Pero cuando vemos la parte dura de la bodega, es decir, las zonas donde se realiza el trabajo, nos queda claro que, sin perder ese punto estético, las instalaciones están equipadas con la más moderna tecnología para conseguir la máxima operatividad de los procesos y la mayor optimización de los resultados. La bodega cuenta con 48 depósitos de acero, el de mayor capacidad de 12.000 litros (unos 8.000 kilos de uva), solo para vinos tintos y el resto con capacidad entre 4.000-6.000 kilos de uva; además hay otro depósito más, de 20.000 litros, para los coupages.
“Había algún tipo de conexión entre Santiago de Compostela y finca Es Fangar; parece que había algún tipo de hermandad entre ambas instituciones y la Cruz de Santiago apareció en dinteles de puertas y en otros sitios de la finca. Por eso se mantuvo como elemento principal en el logotipo de la bodega”. (Daniel Morales, enólogo)
La bodega está construida con previsión de futuro, porque actualmente solo están usando un 40% de su capacidad. Se prevé un máximo de unas 350.000 botellas anuales, y ahora están elaborando alrededor de 120.000 botellas. “Como el viñedo es nuevo, se espera un importante crecimiento de la producción en los próximos años”, explica Daniel Morales, enólogo de Es Fangar. “Respecto a kilos de uva, estamos alrededor de 180.000 kilos de uva y el rendimiento por hectárea es desde 2.500 kilos hasta 5.500 kilos, aunque depende mucho de la añada, pero por lo general es bastante bajo”.
Cuentan con un novedoso sistema mecánico, diseñado exclusivamente para Es Fangar, que se mueve por un rail ubicado en el techo de la bodega que permite llevar la uva tinta al interior de los tanques sin haberla bombeado; de esta forma, se evita dañar la uva y llega entera al tanque.
Sus vinos
El viñedo de Es Fangar es el niño mimado de la bodega. “Durante varios años hemos estado muy concentrados en el cuidado de la uva y el cultivo de la cepa. Es primordial atender la materia prima para conseguir buenos vinos. Ahora, poco a poco se pretende dar a conocer todo este trabajo a través de las catas de nuestros vinos y de visitas a la bodega”, explica Morales.
A pesar de que las cepas son muy jóvenes aún ya que todas han sido plantadas después de 2004, esos mimos han empezado a dar resultados, ofreciendo una uva sana y con toda la expresividad de la tierra mallorquina. Los viñedos de uva blanca de Es Fangar son todos de variedades autóctonas como la giró blanc y la prensal. Una vez adentrados en la finca, descubrimos metros y metros de viñedo de uva tinta, empezando por las variedades internacionales (cabernet sauvignon, syrah y merlot) y más al fondo hasta donde nos alcanza la vista, se encuentran las variedades autóctonas tintas de Mallorca (callet y manto negro, principalmente). “El riego se intenta solo usar en situaciones extremas para favorecer que las raíces vayan bastante profundas y la planta aguante bien en época de sequía”, indica Daniel Montserrat, asistente de marketing de de Es Fangar.
Los vinos de Es Fangar, que pertenecen a la DOP Pla i Llevant, tienen tres líneas comerciales muy diferenciadas: Twenty Twelve, como su gama más desenfadada e innovadora; Sa Fita y Elements, más tradicionales pero siempre jugando con lo autóctono de la isla, y Lo Cortinelo y Namarat, en su gama más alta.
Lo primero que llama la atención en Twenty Twelve (blanco, rosado y tinto) es la propia botella, muy poco convencional y que lo hace fácilmente identificable. Todos ellos son coupages de uvas internacionales y autóctonas, lo que les confiere una personalidad propia y los hace difíciles de comparar con cualquier otro vino. “La gran sorpresa de esta gama fue el rosado, porque fue un proyecto que pusimos en marcha para aprovechar excedente de uva que no se usaba en otros de nuestros vinos”, explica el enólogo de Es Fangar. “Pero debido a la gran aceptación que ha tenido, ha dejado de ser un proyecto temporal para convertirse en definitivo. Solo en Mallorca, la cantidad de vino demandado nos ha obligado a pensar a largo plazo en plantar una viña solo para este rosado.” Twenty Twelve Rosado está elaborado con 5 variedades distintas: callet, manto negro, cabernet, merlot y syrah; cada una de ellas se recoge en su momento óptimo de maduración.
Sa Fita y Elements también están elaborados con un coupage de uvas internacionales y autóctonas. Tanto el blanco como el tinto ofrecen la salinidad que aporta la propia tierra de la isla con la calidez del Mediterráneo. “Cuidamos todos los detalles que pueden favorecer al vino, hasta el mínimo detalle como el corcho”, afirma Morales “además intentamos que cada uno de nuestros vinos sea muy diferente de los otros que elaboramos en Es Fangar; de esta forma no se hacen competencia entre ellos y conseguimos llegar a un público más amplio”.
Y en el top de la gama de vinos de la bodega de Mallorca se encuentran Lo Cortinel-lo y N’amarat; el primero, un blanco con perfil cálido, matices a miel, a uva muy madura, sin cruzar el límite hacia la pastelería; solo producen unas 2.500-3.500 botellas. El segundo un tinto que busca profundidad y elegancia con astringencia necesaria para envejecer de forma adecuada. Su producción también es pequeña, ya que son alrededor de 3100 botellas y 200 magnum.
Además, la bodega ya tiene otras dos nuevas marcas preparadas para salir al mercado: Sa Sivina, blanco sobre lías elaborado solo con variedades autóctonas (giró ros y prensal blanc) y Son Pi, un tinto roble que se define como na versión simplificada de los tintos más complejos de Es Fangar.
Respecto a la distribución de los vinos de Es Fangar “Actualmente, poco más de la mitad del vino se vende en Mallorca, pero poco a poco esto cambiará y el porcentaje de exportación será mucho mayor. En el extranjero hemos empezado muy bien en Dinamarca, Austria y en los países nórdicos (porque nuestros vinos son veganos y allí están muy interesados) y mantenemos un buen nivel de ventas en Suiza y en Alemania, por ejemplo”.
Finca Es Fangar, el origen de todo el proyecto
Es difícil entender todo el concepto de la marca Es Fangar sin conocer la finca, donde además de cultivar el viñedo, tiene otras actividades. Con una extensión total de unas 1000 hectáreas, de las cuales 54 están dedicadas a la producción de uva, esta finca supone aproximadamente el 1% del territorio de Mallorca. Con una antigüedad datada en el S. XIV, esta propiedad fue pasando por diferentes propietarios hasta llegar a los actuales, que han querido potenciar la idea de hacer un proyecto ecológico y sostenible, en el que cada cosa está íntimamente ligada con la anterior, para beneficiarse unas de otras.
Así, la finca cuenta con 7 pozos para el abastecimiento de agua y alrededor de 380 placas solares que consiguen abastecer de energía eléctrica el 60% de las necesidades de la finca, aproximadamente. La idea es ir aumentando los recursos hasta conseguir el autoabastecimiento energético total de la finca.
“Actualmente la principal fuente de ingresos para Finca Es Fangar es el vino, seguido de la cría de caballos Hannoverianos para doma clásica y la posibilidad de pupilaje que se ofrece”, explica Daniel Monserrat, asistente de marketing.
Además del viñedo también hay otras explotaciones agrícolas, como la algarroba (su cáscara se usa para alimentar a los caballos y la semilla se usa en la industria de forma similar a la harina), almendras, olivos… Otro proyecto incipiente que tienen en marcha es la apicultura: alrededor de 42 colmenas se encuentran distribuidas por toda la finca y las abejas cumplen su trabajo como si fueran unos trabajadores más, además de los 90 que hay en la finca durante todo el año.
Y para que no falte ningún detalle en este pequeño paraíso, la finca Es Fangar dispone de un huerto, un bosque calificado de Reserva Natural, y de unos preciosos alojamientos rurales, con construcción y decoración con motivos árabes, que pueden hacer olvidar a cualquiera el mundanal ruido.