El grupo de bodegas liderado por Bodegas Riojanas, una de las trece bodegas centenarias de Rioja, consolida su compromiso con la sostenibilidad con la introducción de nuevas medidas que arrojan ya resultados reales y medibles.
Un legado familiar con 130 años de historia sólo se consigue con unos valores que no se apartan de la esencia que asegura su permanencia: el origen de sus vinos, la tierra, que es el viñedo y todo lo que lo rodea, la cultura y tradiciones de una región que depende de la salud de su entorno, de sus ríos, suelos y paisajes.
Con experiencia centenaria en la elaboración de vinos, Bodegas Riojanas, S.A. tiene muy claro que es imprescindible tomar parte activa en la preservación de la tierra que hace posible sus vinos, preocupación que su propia escuela de viticultura ha abordado en diferentes jornadas dedicadas a la sostenibilidad en el viñedo.
Medidas prácticas, como el uso de corcho natural procedente de bosques de alcornoques de la cuenca mediterránea, han contribuido a retener anualmente hasta 95 toneladas de CO2. O, lo que es lo mismo, a proteger 241 alcornoques, un total de 1,52 hectáreas de superficie forestal.
Además, en 2019, la totalidad del consumo de electricidad fue certificado como 100% renovable, un gran paso para cuidar el entorno, puesto que se evitó la emisión de 250 Tn de CO2. Pero la Responsabilidad Socia Corporativa del grupo Bodegas Riojanas, S.A. va mucho más allá. A partir de Julio 2020, se instalarán paneles solares para autoconsumo eléctrico que les permitirán autogenerar el 20% de la energía utilizada en su localidad principal, Cenicero, a lo largo del año y reducir, así, las emisiones de CO2 en otras 54,80 toneladas anuales más.
Éstas son medidas reales, las más recientes pero no las últimas que adoptará el conocido grupo bodeguero por el bien de sus preciados terruños, de los pueblos, fauna y flora que los habitan. Por el bien de todos, en definitiva, porque su experiencia les ha enseñado que de ello depende su propia permanencia.