Con el objetivo de comunicar la actividad vitivinícola de Soria, proteger el patrimonio enológico de la provincia y desarrollar la calidad de los viñedos sorianos de la Denominación de Origen Ribera del Duero nace la asociación de Bodegas Viñas Viejas de Soria, que reúne a 15 bodegas sorianas de la D.O. y que tiene como ámbito territorial las empresas vitivinícolas sorianas.
La asociación nace para aunar esfuerzos entre las empresas del sector y defender las características y peculiaridades de los viñedos sorianos que están ubicados en el inicio de la Denominación de Origen, siendo la parte más alta de la misma y la más cercana al nacimiento del río que les da nombre.
Además la situación geográfica, encajada entre Sistema Ibérico y el Sistema Central hace que tenga un impacto directo sobre el clima frío que caracteriza a los vinos sorianos de la D.O.
Son esas viñas viejas, esa tierra soriana que guarda la esencia de la historia y el clima soriano el que dan un carácter único a unas uvas especiales que, trabajadas con el mimo y amor que ponen los enólogos de las bodegas sorianas, permiten elaborar unos vinos exclusivos donde prima la calidad por encima de cantidad, donde cada botella es un regalo deseado.
De hecho, la Ribera del Duero soriana solo representa un 5% de la Denominación pero ya son unas quince bodegas las que trabajan produciendo vinos desde tintos, rosados, blancos hasta espumosos y tienen que como seña de identidad una gran riqueza de suelos, desde guijarros, areniscas, margas, arcillosos unidos siempre a un elemento de base calcáreo que permite dar a todos los viñedos un renombre mundial.
Precisamente el peculiar viñedo de Soria, compuesto principalmente por pequeñas parcelas en su mayoría de viñas viejas, que rondan entre las 0.05 y las 0.25 hectáreas dibujan una orografía enológica que recuerda más a pequeños jardines que grandes extensiones agrícolas.
Y si el suelo ofrece una gran riqueza que se traslada a cada copa, la rica genética de los propios viñedos viejos, con cepas de más de dos siglos de historia, hacen a Soria capitana de la calidad, puesto que en muchos casos el viñedo viejo es de pie franco y sumado a uvas tinto fino, garnachas y albillos, permiten conseguir un nivel de calidad altísimo para unos vinos que cuentan ya con el reconocimiento internacional y premios que los avalan.
Pero el vino no es solo un producto alimenticio o gastronómico, es también la imagen de un pueblo, de un territorio, de una ribera soriana donde la actividad humana ha estado limitada debido a la despoblación y ese valor se ha trasladado a las barricas en una conexión permanente con los ritmos que marca la naturaleza y que permite plasmar el ecosistema y la biodiversidad en cada botella.
Junto a esta peculiaridad, las bodegas sorianas siguen siendo diferentes a las grandes empresas enoturísticas de la Denominación, ya que, como demuestran en este asociación, trabajan en el terruño, bodegas medianas, pero también empresas muy pequeñas, con una producción mimada de 10.000 botellas anuales e incluso muy pequeñas con unas 2.000 botellas al año, donde pueden plasmar el factor humano para ser un rasgo más de la composición del sabor de los vinos sorianos que tienen alma de su creador.
La asociación se encuentra ya inscrita como tal en la Junta de Castilla y León y engloba a bodegas pioneras en la provincia como DO5 Hispanobodegas SL (Bodegas Gormaz), junto a otras bodegas de San Esteban de Gormaz como Antídoto, Dominio de ES SL, Bodegas y Viñedos Aceña (Terrasesteban), Taruguín, junto a otras del municipio como Tierras El Guijarral (Rudeles), Bodegas y viñedos Señoría de Aldea, Dominio de Atauta y Señorío de Villálvaro, junto a las de nueva creación como Bodega Aranda-DeVries de Ines, a las que se suman otras clásicas de la provincia de Soria como Bodegas Castillejo de Robledo, Bodegas Valdeviñas de Langa de Duero, junto a otras tres bodegas sorianas como La Quinta Vendimia, Lunas de Castromoro y Bodegas Vildé.
La actual junta directiva de la asociación está encabezada por Bertrand Sourdais, de Dominio de ES, con María José García de Hispanobodegas en la presidencia, José Manuel Ligero De Lunas de Castromoro como Secretario y Jaime Suárez de Dominio de Atauta y David Hernando de Antídoto como vocales.
Pero como destacan desde la asociación lo importante no son los datos numéricos, sino el valor que suman todos juntos, como un equipo unido, que apuesta por el territorio cuya seña de identidad son el viñedo viejo, la altitud y el ecosistema, buscando contribuir al desarrollo de la zona a través de unos vinos de calidad.
Un puzzle en el que todas las piezas encajan a la perfección, donde todas, las que trabajan la viticultura tradicional y las que precisan de técnicas más modernas, las que llevan ya historia en la denominación y las que son recién llegadas, son necesarias para completar un entramado de nuevas ideas, formas y proyectos para poner en valor la Ribera del Duero soriana.