Perfil y motivaciones del enoturista en España

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El turismo del vino o enoturismo es una tipología de turismo que consiste en visitar viñedos, en conocer bodegas o en asistir a festivales enogastronómicos en los cuáles la cata del vino y/o la experiencia de los atributos del mismo son un motivo importante para visitar ese destino. El desarrollo y la consolidación del enoturismo en España están permitiendo que zonas geográficas rurales, tradicionalmente alejadas de los flujos turísticos, refuercen las actividades relacionadas con el turismo y, al mismo tiempo, posibiliten generar rentas complementarias para las empresas, muchas de ellas cooperativas, ubicadas en dichas áreas. Por otro lado, también posibilita a las empresas vitivinícolas tanto la venta en la propia bodega como el reforzamiento  de la imagen del producto para la compra del vino en el lugar del origen del viajero.

Los turistas cada vez más condicionan su satisfacción en el destino a la valoración de la experiencia enológica y gastronómica que hayan tenido en el mismo. En este sentido, visitar bodegas en el lugar de destino y conocer el vino de estos lugares se ha convertido en una de las mejores experiencias que puede tener un turista.

Con esta premisa, el Grupo de Investigación “Economía del Turismo” de la Universidad de Córdoba ha realizado una investigación para conocer las opiniones y las percepciones de las personas que viajan con la motivación principal o secundaria de visitar bodegas y de conocer todo lo relacionado con el mundo del vino en su lugar de destino.

Los resultados de esta investigación proceden de un trabajo de campo realizado en España en base a encuestas online y que se realizó entre noviembre de 2020 y marzo de 2021. El número total de respuestas válidas ha sido de 447.

En cuanto al perfil sociodemográfico de los enoturistas, un poco más de la mitad de los encuestados son mujeres (53%), siendo los tramos de edad más representativos los situados entre los 18 y 30 años y los 41 a 60 años. En cuanto al nivel de estudios, en torno al 55% de los encuestados declaran poseer estudios universitarios, porcentaje que se amplía aun más si se incluyen aquellos con estudios de posgrado y/o doctorado (27,4%). En consecuencia, más del 80% de las personas encuestadas declaran tener estudios universitarios.

En cuanto a la categoría profesional, un 30% de los encuestados declara ser estudiante, mientras que un 21% es empleado/a público/a, seguido de trabajador/a en empresa privada (18,5%) y profesional independiente (11,4%).

En cuanto al nivel de renta, se pone de manifiesto que el perfil de persona interesada en el vino cuando viaja es de renta media o media-alta ya que un 28,4% declara ingresos entre los 1.501 y los 2.500 euros, mientras que un 20,1% declara ingresos superiores a los 3.500 euros.

Entre las motivaciones que tiene un turista para visitar una determinada bodega, destaca sobre todo la de beber y comer productos tradicionales de la zona, con una puntuación de 6,17 puntos sobre 7 puntos, seguido de aprender acerca del mundo del vino (valoración de 5,85 puntos sobre 7) y catar diferentes clases de vinos (con una puntuación de 5,83 puntos sobre 7). Las motivaciones menos valoradas por los enoturistas son aquellas relativas a comprar vino en las propias bodegas (4,77 puntos sobre 7) y a que la visita a la bodega es una forma de relajación (5,27 puntos sobre 7).

Por otro lado, otro aspecto a tener en cuenta son las diferentes percepciones que los turistas tienen cuando visitan una bodega. En este sentido, los turistas destacan el disfrute en la propia bodega (6,15 puntos sobre 7), seguido del trato educado y amigable de los trabajadores de las bodegas (5,97 puntos sobre 7), el entorno de las bodegas (5,96 puntos sobre 7), la estimulación sensorial que les origina el entorno donde se encuentra la bodega (5,93 puntos sobre 7) o la buena atención al cliente durante su visita a la bodega (5,86 puntos sobre 7).

Asimismo, las personas encuestadas que han visitado previamente alguna bodega han puesto de manifiesto el buen sabor de los vinos degustados en la propia bodega, así como el logro de una experiencia enológica auténtica, lo que convierte la visita a las bodegas en una experiencia inolvidable, un componente intangible muy valorado en el campo del turismo.

En conclusión, el turismo enológico es cada vez un recurso solicitado por muchos turistas que quieren tener nuevas experiencias en su lugar de destino y, al mismo tiempo, es una muy buena oportunidad para las empresas vinícolas para dar a conocer sus productos y para convertir al enoturismo en una nueva vía de comercialización de sus productos.

Tomás López-Guzmán
Minerva Aguilar-Rivero
Salvador Moral-Cuadra
Grupo de Investigación “Economía del Turismo”

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