Aunque serán las próximas semanas las que marcarán los resultados finales de la vendimia, las benignas condiciones climatológicas durante el año agrícola auguran una cosecha superior a la del pasado año y de gran calidad.
La pluviometría de la campaña ha estado en el entorno de la media histórica del Marco de Jerez (620 l/m² año), con ciertas variaciones dependiendo de los pagos, pues hay que recordar que la Denominación de Origen se extiendo por nueve municipios distintos y desde el interior hasta la costa. Pero aún es más importante el hecho de que la lluvia ha caído de una manera repartida y sin grandes tormentas, manteniendo el suelo con un buen nivel de humedad y sin perdidas por exceso de agua ni problemas de erosión del terreno, algo habitual cuando las lluvias son intensas en un corto periodo de tiempo.
Durante la primavera cayeron unos 200 l/m² intercalados a lo largo de varios episodios de lluvia, lo que ha favoreció que la tierra fuera recuperando las pérdidas de agua provocadas por el consumo de la planta y por la evaporación por la subida de temperaturas. El verano ha sido muy seco hasta el momento, pero algunas rociadas matinales posteriores a los periodos de calor intenso y, sobre todo, la extraordinaria capacidad de los suelos Albarizos para retener la humedad de primavera y proporcionársela a la planta a medida que la necesita, han determinado que las vides se encuentren actualmente con un bajo estrés hídrico. Los vientos de levante han azotado el viñedo fundamentalmente entre enero y mediados de mayo, causando algunos daños a finales de la primavera. En lo que llevamos de verano el levante ha soplado más moderadamente, registrándose un par de periodos de calor intenso, que se han compensado con algunos días con brisas de poniente y rociadas matinales.
El estado sanitario del viñedo es inmejorable, la uva está muy sana con una muy escasa incidencias de las plagas; tan sólo se han observado algunos episodios de araña asociados a los periodos de intenso calor, que se han combatido con actuaciones muy localizadas. El mildiu que provocó problemas la campaña anterior ha estado casi ausente y el oídio también ha tenido una muy baja incidencia, localizada en las zonas costeras más frescas.
Con todas esta circunstancias, los estados fenológicos evolucionan hasta el momento con un adelanto de entre 7 y 10 días con respecto al año anterior, por lo que la vendimia es muy previsible que se ponga en marcha a finales de la primera quincena de agosto. En cuanto a la producción, estimamos que si el levante se comporta como en este primer mes de verano, la producción será al menos un 20-25% superior a la de la campaña pasada.