De entre sus líneas de trabajo actuales, el Consejo Regulador de la DOP Alicante se ha propuesto recuperar variedades antiguas que existieron en la demarcación y que con el paso del tiempo, la pérdida de superficie, las tendencias en vinos y calidad, o la propia política europea de derechos y autorizaciones, se han ido perdiendo.
Y es que el catálogo de variedades que se existió en la huerta de Alicante y en otras comarcas protegidas – y del que hay testimonios históricos- la configuran invernaderos de muchas variedades. Uvas que se destinaban a vino pero también mesa e incluso pasas y que dieron pie a diversidad de negocios. Esta diversidad dio lugar a múltiples sinonimias y homonimias, filtradas a su vez con el habla y lenguaje de cada localidad, con esa curiosa mezcla entre castellano y valenciano, habitual de estos pueblos, y que ha complicado su reproducción o extensión.
Este es uno de los retos más importantes del patrimonio vitícola: se ha comprobado una gran diversidad de sinonimias para nombrar a las variedades de uva; por eso hoy en día, el reto es identificarlas correctamente de forma unívoca y proteger el lenguaje tradicional y sus ligeras adaptaciones.
El primer paso que se ha dado es el de tratar de identificar aquel material vegetal que, estando plantado actualmente, es diferente por su tipología, antigüedad o diseño. Viñedo que está plantado ahora mismo, pero confundido en los registros vitícolas y que los propios agricultores señalan como “diferentes”. Por eso, el Consejo Regulador hizo una llamada pública a sus asociados para que comunicasen esas parcelas con viñedo especial. Sobre el mismo se realizarían análisis para detectar de qué se trata realmente. Y se ha contado para ello con un equipo de investigación de la Universidad Politécnica de Valencia que dirige la penailera Carmina Gisbert.
Su grupo de trabajo desarrolla en el marco de un proyecto MINECO (CGL2015-708432-R) cofinanciado por Fondos FEDER, un proyecto de recuperaciones de variedades tradicionales de vid en desuso o a punto de desaparecer. En este proyecto se localizan cepas antiguas cuyos nombres se desconoce o se corresponde con variedades mencionadas en documentos anteriores a la llegada de la filoxera y lo identifican utilizando marcadores tipo microsatélites a partir del DNA (obtenido de las hojas). Esta es una metodología muy eficiente para llevar a cabo la identificación, pues cada variedad va a mostrar un perfil molecular determinado y único. Además llevan a cabo estudios de variabilidad genética, sanean variedades infectadas de virus e introducen material recuperado para su salvaguarda en condiciones de cultivo in vitro.
En este proyecto ya se han colectado más de 300 muestras de material vegetal en viñedos antiguos de la Comunidad Valenciana, y en comarcas de la DOP Alicante como La Marina Alta, L´Alcoiá-Comtat y zonas del Vinalopó Alto como en la Vall de Benexama, gran parte de las cuales ya han sido identificadas y se corresponden con variedades presentes en la zona antes de la llegada de la filoxera (Botó de Gall, Forcallat, Rojal, Planta Mula, Valencí blanc, Valencí negre, Verdil, etc.). Se han localizado y/o analizado distintas variedades en peligro de extinción (ie. Esclafagerres y Raïm del clotet, entre otras) y se han detectado sinonimias y confusiones en la nomenclatura. Como ejemplo de localización de una variedad antigua a la vez que de distintas sinonimias podemos comentar que se han encontrado en distintos campos de las provincias de Alicante y de Valencia plantas de ‘Moscatel’ con los nombres de ‘Grumer’, ‘Moscatel del terreno’, ‘Moscatel dulce’, ‘Moscatel de Alicante’, ‘Gustico de Elche’ o ‘Moscatel d’Alfàbega’ que tienen el mismo perfil molecular y que, por lo tanto, son la misma variedad que podría ser el ‘Grumer Moscatell’ mencionado en algunos documentos.
El análisis molecular también ha permitido análisis de variabilidad genética lo cual resulta útil para encontrar variabilidad dentro de una misma variedad y entre variedades, indicando proximidad genética y grado de parentesco. Así, por ejemplo, se ha encontrado variabilidad en accesiones de ‘Valencí blanc’ y en ‘Moscatel de Alejandría’ que podrían ser de interés para derivar y/o certificar clones. Con marcadores moleculares también se ha podido determinar que el mismo ‘Grumer Moscatell’ es el resultado de un cruce entre ‘Moscatel de Alejandría’ y ‘Valencí blanc’.
La presencia de estas dos variedades desde muy antiguo en la zona y el haber encontrado el mismo genotipo con distintos nombres, hace pensar que podría haberse producido en esta zona la hibridación que originó esta variedad. Por otra parte, se han encontrado errores de nomenclatura y confusión entre variedades. Por ejemplo, plantas colectadas como ‘Morastell’ (sinónimo de Graciano) han resultado ser ‘Monastrell’ y viceversa; la misma situación se ha dado con ‘Arcos’ y ‘Forcallat’. También con un mismo nombre se han encontrado distintas variedades e incluso genotipos sin identificar como ha ocurrido por ejemplo con la variedad ‘Tortosí’ o con muestras de ‘Malvasía’. En este proyecto también se están llevando a cabo estudios de variabilidad en patrones (portainjertos) de uso común y otros infrautilizados o desarrollados más recientemente que nos han cedido distintos viveristas de la Comunitat Valenciana. Esto va a permitir conocer la variabilidad en uso y detectar posibles variantes.
A este proyecto hay que sumar el importante patrimonio de variedades que se conserva en la estación experimental agraria de Elche. Localizadas en muchos más municipios de la DOP Alicante (Ibi, Monovar, Monforte, Pinoso, Banyeres o incluso Guardamar y La Mata) se han identificado nombres como “Cardeal”, “Cigera”, “Pardillo”, “Sinsó”, “Planta Mula”, “Planta Fina”, “Macabeo Negro”, “Montalbán”, etc. a variedades con nombres originarios tan curiosos como “Bobal de Alcayat”, “Pastora”, “Baldomera”, “Eladia”, “Morsi”, “Abuelo”, “Sensur”, el mencionado “Gustico de Elche”, “moscatel de Alfábega”…. Lo que avala ese rico lenguaje de la vid en Alicante. Algunas de estas variedades ya han sido confirmadas con marcadores en el proyecto aquí comentado.
Lo importante para el Consejo Regulador de la DOP Alicante es marcar ya esos cultivos como únicos y demostrar que aún hay cultivadas estas variedades. Es el primer paso para su legalización, puesta al día en el Pliego de Condiciones y en el Registro Vitícola y para su reproducción y desarrollo ulterior en condiciones sanas y de calidad.
La suma de estos materiales y el objetivo de su identificación es un proyecto muy importante para la zona y para un desarrollo de una viticultura más singular en el marco de la DOP Alicante.